
Nuestra comunidad, que es una asociación civil sin fines de lucro, trabaja con principios que todos hemos escuchado aun de oído: libertad, igualdad y fraternidad.
Pero… ¿qué significa esto realmente? ¿Es una frase hecha? ¿Como la re significamos?
Para la pedagogía estos principios son los regentes más profundos del trabajo, y tiene, cada uno de ellos, un ámbito específico en el que se desenvuelve principalmente, para crear un orden nuevo en lo social.
No olvidemos que Rudolf Steiner, filósofo y fundador de esta pedagogía, era un activista social en el verdadero sentido de la palabra, y realmente consideró la creación de una sociedad nueva acorde a los tiempos venideros, basada en la aplicación ética de estos enunciados de libertad, igualdad y fraternidad.
La libertad ha de aplicarse en el pensar y en la cultura que este pensar crea. Libertad de culto, libertad de expresión de las ideas. La igualdad ha de plantearse como equidad de oportunidades para todos, sin discriminación de ningún tipo. Abarca el sistema jurídico de una sociedad.
Y la fraternidad? Qué es la fraternidad? Qué se entiende por ello? La fraternidad es ser realmente justo en el sentido de ver desde mis pies también los pies del otro; escucharme y escuchar con la misma objetividad, percibir al otro como un verdadero espejo de mi identidad. Principalmente, y ahora veremos por qué, aplicamos este principio tan sutil como real al ámbito económico, entendiendo lo económico como el reflejo de mi actitud y el de la comunidad en todas las otra áreas de la vida. Lo económico está trasuntado indefectiblemente por la ética profunda o por la falta de ella y la acción que elija conllevará todo mi trabajo interior o la ausencia del mismo. Será especulativa, temerosa, egoísta, o será fraterna, de confianza, y honrada en el sentido de hacer “honor a”. Lo económico será el aspecto visible y bien concreto de todo mi “hacer” en el mundo…
Y cómo se manifiesta este aspecto en nuestra escuela y en nuestro profesorado ? Desde los inicios, ya hace más de veinticinco años, hemos sostenido la auto gestión como forma de realizar un gran objetivo pedagógico social.
La auto gestión significa que entre todos aquellos que formamos parte de la comunidad, creamos el espacio posible para que exista este bien supremo que es la educación. No lucramos con él, no especulamos en él, simplemente desde el lugar que elegimos o nos convoca, trabajamos para el sostén y crecimiento reales del ideal que elegimos. Y buscamos que nuestro lugar y nuestro aporte sean justos, orientados al bien, y si son justos serán realmente fraternos.
Los maestros que forman entregan su saber y dedicación desde este lugar, o sea traspasando los muros del reglamento y donando, siempre donando desde su trabajo interno y externo.
Los padres y los alumnos del profesorado aportan los recursos máximos de que disponen para que este lugar exista. Intentan también, desde su conciencia y trabajo que este aporte sea justo, o sea, una vez más, fraterno. La educación no se puede valuar con monedas, por eso se busca dar lo máximo, para que el proyecto crezca de manera sustentable, para sentir que otros acceden de igual manera que uno, o sea, también donan y superan el reglamento!
La donación conciente es la que enriquece la vida cultural desde la libertad y da igualdad de oportunidades desde las diferencias…Esta cualidad del dinero es la que debe circular alrededor de un bien supremo como es el educar, en este caso. Este dinero porta el calor de un ideal, del desinterés, se lo suele llamar dinero caliente porque está vivo y proviene del corazón.
Por eso el profesorado y la escuela tienen un piso en el aporte, que no es una cuota, y este piso proviene de la cuenta clara y transparente de cuánto se necesita para poder seguir educando cómo lo hacemos, y es un acto de responsabilidad y gratitud poder alcanzar este piso. Puede uno contar con un tiempo para hacerlo, puede pasar por un período inestable, pero el piso es la raíz de este árbol que está en la tierra y no puede seguir vivo sin este nutriente.
Y no tiene techo en su copa. Porque si alguien de la comunidad dona, hace crecer ramas frondosas, habilitando a otro a sumarse a este proyecto. Y puede donar un excedente, como trabajo en lo que fuere necesario, o puede incluso generar un emprendimiento, como ya han hecho muchos padres fundantes con sus actividades creativas como La Casita de Juguetes y sus extensiones, o las ferias, la kermesse, el circo… Si queremos una educación para un nuevo orden social, debemos convivir con estas ideas, llevarlas dentro, darles la posibilidad de crecer y fructificar en el tiempo y la forma adecuados… y entonces estaremos trabajando de verdad por un mundo más bueno, más bello y verdadero… ideales de esta pedagogía.