Si pudiéramos unir todas las connotaciones de la palabra educar en una síntesis superior, diríamos que auto educarnos para ser verdaderamente libres es la máxima que nos orienta como un faro en este proyecto de “educarnos para “educar”.
Formar, enseñar, percibir, descubrir, revelar, gestar, corregir, reconstruir, orientar una y otra vez…
¿Cómo trabajamos para conquistarnos y ser verdaderamente maestros?
Desarrollando un pensar puro…
Para ello nos adentramos en las distintas visiones filosóficas educativas y profundizamos en la Pedagogía Waldorf, meditando sobre las lecturas y generando síntesis creadora.
Cultivando la creatividad y trabajando sobre nuestro mundo anímico…
A través del arte construimos los saberes en forma vivificante. El arte que busca la armonía en los distintos ámbitos, es una herramienta para nuestro pulimento, nos permite adquirir conceptos creativos y móviles y es, por ende el medio por excelencia para trabajar con los niños… y con nosotros mismos.
Fortificando la voluntad…
Los ritmos internos y externos, su reconocimiento y práctica, el ejercicio artístico, las labores en todas sus formas equilibradoras, todo ello nos “construye”, nos da ímpetu sostenido para accionar en base a un puro pensar y a un mundo anímico sano.
Recibiendo y ofreciendo a la comunidad en un trabajo auto gestante todo lo que vamos adquiriendo…
Según los siguientes principios estipulados por Rudolf Steiner en los siguientes ámbitos: libertad en lo cultural y religioso, igualdad en el plano jurídico, y fraternidad en lo económico.