Por Alejandro Ranovsky*

~ “Desde la fundación de la primera escuela por Rudolf Steiner en 1919, la pedagogía Waldorf procuró constituirse en un aporte a la educación pública; sus primeros destinatarios fueron los hijos de los obreros fabriles y en su espíritu vibra el compromiso de hacerse universal. Sin embargo, mientras los tiempos demoran el advenimiento de un nuevo orden social trimembrado; mientras las directivas estatales, a cambio de subvenir a la igualdad de oportunidades, invaden el terreno cultural propio de los pedagogos; mientras el subsistema económico fragmenta la oferta educativa poniendo al Estado al servicio de la desigualdad o elitizando el currículum de gestión privada; mientras, en fin, continuamos pariendo dolorosamente la conciencia colectiva, la pedagogía nacida en la fábrica Waldorf ha debido crear una “escuela Waldorf” cuya independencia y diferencia fuera el precio de existir dentro del sistema educativo.»
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* Profesor de Enseñanza Primaria – Profesor de Filosofía
Universidad de Buenos Aires
Instituto Superior de Formación Docente “Perito Moreno”